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FESTEJA RUBÉN BLADES CUMPLEAÑOS LLENO DE PROYECTOS
El músico, cantante, compositor y actor panameño Rubén Blades, llamado "El poeta de la salsa", celebra este jueves su cumpleaños 61 decidido a retomar su carrera musical que suspendió debido a su gestión como ministro de Turismo en su país natal.
Blades, quien concluyó el pasado 1 de julio su administración, podría concretar este mes su retorno a los escenarios cuando probablemente acompañe a su esposa, Luba Mason, durante una gira que realizará la artista por ciudades estadunidenses.
El "tour" incluye Nueva York, Los Angeles, Chicago, San Francisco, Filadelfia y Minneapolis; sin embargo, su triunfal regreso será en el marco de la gira "Todos vuelven", en compañía del grupo Seis del Solar, en agosto próximo.
El autor de clásicos como Desapariciones y Pedro Navaja señaló que aunque retomará su carrera musical seguirá prestando su imagen destinada a la promoción turística de Panamá.
Rubén Blades nació el 16 de julio de 1948 en el barrio de San Felipe, en la ciudad de Panamá, en el seno de una familia encabezada por Rubén Blades Bosques y Anoland Bellido de Luna, apegada a las expresiones del arte.
A los 18 años se lanzó como cantante y tiempo después presentó su álbum debut, tras lo cual decidió probar suerte en Nueva York, Estados Unidos. Sus canciones llamaron la atención de Pete Rodríguez, quien lo da a conocer en el disco De Panamá a Nueva York (1970).
Debido a que su padre era sospechoso de complicidad con un grupo acusado de intentar asesinar al general Torrijos, su familia se exilió en Miami, Florida, y él regresó a Nueva York, donde llamó a la puerta de Fania, la disquera que dominaba el mercado de la salsa, donde le dieron trabajo pegando sellos en el departamento de envíos.
Aunque Blades no congeniaba con la dirección de la firma discográfica, se ganó el respeto de muchos músicos de la escena neoyorquina. Figuras como Ismael Miranda, Tito Puente, Larry Harlow, y Héctor Lavoe grabaron algunos de sus temas.
Ray Barretto lo fichó como cantante en 1975, al considerarlo un excelente sonero que dominaba los palos caribeños y se defendía en las variedades del pop.
Su encuentro con Willie Colón, otro rebelde del Bronx, confrontado a la dura ley del ghetto, sería determinante en su carrera, ya que grabó The good, the bad and the ugly (1975) y a dúo, Metiendo mano (1977) y Siembra (1978), discos que cambiaron las reglas de la salsa por su lírica social y música cosmopolita.
No obstante, siguió las pautas de dicho género con la interpretación de canciones pertenecientes a los clichés musicales de Panamá, y recuperó letras tan conocidas como Pedro Navaja, tema que consiguió alcanzar los primeros lugares en las listas de éxitos.
Junto con Colón lanzó en 1980 el disco doble Maestra vida, al que le siguieron Canciones del solar de los aburridos (1981) y The last fight (1982), banda sonora de una película, en la que también actúan.
Tras rencillas con la disquera, Blades terminó su colaboración con Colón y dejó la compañía en 1983.
Un año más tarde firmó con Elektra y aprovechó para explorar nuevas pistas, con la supresión de los metales e introducción de sintetizadores, ésto al lado de su grupo Seis del Solar, compuesto por cuatro percusiones y dos teclados eléctricos.
En lugar de los tradicionales sones de la salsa con las letras sobre "los temas de siempre", Blades abanderó un nuevo tipo de canciones, al tiempo de persistir y firmar textos que denunciaban las condiciones de vida de los pobres y atacaban a los dictadores de América Latina.
Compaginó su carrera musical con incursiones en el mundo actoral, su primera película fue "Crossover dreams", en la cual dio vida a una estrella de la salsa cubana que ve ascender y caer de forma meteórica su carrera.
Tras protagonizar este largometraje, se introdujo en Hollywood y se convirtió en un apreciado intérprete secundario; su filmografía se compone de cerca de 30 títulos.
También estudió derecho internacional en Harvard y fundó un partido político en Panamá, buscando una vía que resolviera problemas y ayudará a sus compatriotas a "sentirse nación".
En 1994, el Movimiento Papa Egoro lo presentó como candidato a la presidencia; este partido ocupó el tercer lugar entre 27 contendientes tras alcanzar 20 por ciento de la votación nacional; aunque muchos lamentaron el fracaso, otros se alegraron de no perder al artista en la vorágine de la política centroamericana.
Su latente interés por el Séptimo Arte lo llevó a dirigir su primera película, la cual, pese a la actuación de Joe Jackson y Linda Ronstadt como protagonistas, no tuvo el éxito esperado, aunque sí las canciones que compuso para la banda sonora, una de las cuales está inspirada en las historias cortas de Gabriel García Márquez.
Blades retornó a la música bajo el sello Sony, empresa con la que hizo tres discos más intimistas y que lo llevó a reunirse otra vez con Colón para Tras la tormenta; sus técnicas narrativas influenciaron a artistas como Juan Luis Guerra y Radio Futura.
Decidió iniciar su carrera en solitario y para su primer álbum, que grabó completamente en inglés, Nothing but the truth, contó con la colaboración de Elvis Costello, Lou Reed y Sting; el proyecto fue un éxito rotundo.
Posteriormente, transformó su grupo en Son del Solar para acompañar el regreso de los metales en 1988 con Antecedente. En 2000 recibió el Grammy por este trabajo, el cual se suma a las seis estatuillas que se había adjudicado años atrás.
Como histrión, ganó el premio ACE por Mejor Actor de la Industria del Cine por Televisión en Cable de Estados Unidos, debido a "Dead man out" (1989); además, fue ha sido nominado a dos Emmy por "Crazy from the heart" y "The Josephine Baker story".
En 2000, fue nombrado embajador mundial contra el racismo por las Naciones Unidas, y tres años más tarde, regresó a su patria para dedicarse al servicio público por los siguientes cinco años, como ministro del Instituto Panameño de Turismo (IPAT).
En 2006 fue distinguido en Nueva York con el máximo galardón que anualmente entrega la Sociedad Estadunidense de Compositores, Autores y Editores (ASCAP), por su contribución como pionero de la música en dicho país y por su influencia e inspiración a generaciones de artistas de América Latina.
En 2008, hizo un paréntesis en su actividad como ministro de turismo, al retornar a los escenarios, sólo por una noche, en el homenaje por los 50 años de trayectoria artística del puertorriqueño Cheo Feliciano en Nueva York.